La estrategia de contenido es literalmente estrategia de contenido. Pero, ¿por qué se está volviendo cada vez más relevante para empresas y empresas de todos los tamaños?
Hoy en día, la atención de todos se desplaza inexorablemente hacia un marketing más cercano a las necesidades reales de los usuarios, que ya no pueden ser vistos como meros contenedores de mensajes publicitarios. El consumidor de 2020 es social, digital, rápido y está acostumbrado a las tácticas publicitarias habituales. Por eso los especialistas en marketing más atentos y expertos dirigen a sus clientes hacia el » marketing de contenidos «. Veamos en detalle cómo implementar una estrategia de contenidos ganadora .
Estructurar la estrategia de marketing de contenidos adecuada
Para comprender realmente por qué la estrategia de contenidos es uno de los sectores de más rápido crecimiento en el marketing digital , debemos aclarar qué es y cómo encaja con el marketing de contenidos.
Es posible que hayas escuchado la frase “el contenido es el rey”; es decir, el contenido es el rey. Muy cierto, pero ¿cómo situar esta afirmación en relación a un panorama tan amplio como el del marketing digital? Debemos recordar que el marketing de contenidos y la estrategia de contenidos no son lo mismo, aunque a menudo tendemos a confundirlos. Una estrategia de contenidos puede existir incluso sin un plan de marketing preciso, esto se debe a que si se realiza de forma profesional y capaz es suficiente para alcanzar los objetivos planteados de forma óptima.
Mientras que el marketing de contenidos es la producción y difusión de contenidos valiosos, la estrategia de contenidos es la planificación de la gestión de contenidos. Un estratega de contenidos no se ocupa de la difusión práctica de contenidos sino de su alineación con los objetivos de negocio, influyendo en su desarrollo, presentación, evaluación y análisis.
Se debe elaborar una estrategia de contenidos a través del análisis, evaluación, investigación e interpretación de métricas. Podemos imaginarlo como una construcción, donde cada aspecto es un ladrillo, que colocado en el lugar adecuado junto con los demás formará nuestro edificio. La estrategia de contenidos es upstream, es un trabajo de precisión que requiere de un proyecto sólido y bien definido detrás, de lo contrario producirá contenidos inútiles e ineficaces.
Los objetivos
El primer elemento inevitable y esencial de toda estrategia de contenidos es la planificación y resaltado de objetivos medibles. Es decir, debemos establecer qué objetivos queremos alcanzar con nuestra estrategia, pero debemos tener en cuenta que esos objetivos deben ser cuantificables y medibles de alguna manera, para darnos una forma de procesar los resultados y verificar el éxito real de la estrategia. estrategia. A menudo los objetivos comunicados por las empresas son vagos y difíciles de delinear. Por tanto, es fundamental fijar objetivos claros, concretos y mensurables relacionados con una meta específica.
Un objetivo bien estructurado puede ser la generación de leads. Es decir, contenidos y landing pages estructurados de forma que fomenten la cumplimentación de un formulario a través del cual obtener información útil sobre clientes potenciales.
También podríamos tener el objetivo de construir una comunidad. Entonces deberíamos crear contenido que genere un sentido de pertenencia, apego y intercambio de valores.
El objetivo
Una vez establecidos los objetivos podremos pensar con mayor claridad y claridad en el público objetivo. Es útil en este ámbito crear lo que los profesionales definen como “ buyer persona ”; es decir, un cliente típico que integra las características culturales, geográficas, demográficas y personales de nuestro cliente típico. Es importante incluir en este mapeo (además de los datos demográficos más comunes y desactualizados): intereses, comportamientos, motivos de compra, dudas e incertidumbres.
Delinear estas hipotéticas figuras de referencia es de fundamental importancia, porque al hacerlo tendremos una idea clara del público al que dirigiremos nuestro mensaje y aumentaremos las posibilidades de implicación ya que abordaremos temas de su interés utilizando un tono amigable que aprovechará elementos reconocidos como familiares y compartibles.
El mensaje en la estrategia de contenidos
Esto nos lleva al último elemento fundamental de nuestra estrategia de contenidos. El mensaje que debemos transmitir debe ser «diferencial». Es decir, tendrá que distinguirnos y diferenciarnos de la competencia. Además, debe ser sólo uno. Debe reflejar los valores de la empresa o la marca; debe ser inmediatamente reconocible en el mar de mensajes publicitarios que llegarán a nuestra audiencia. Es por eso que siempre debemos asegurarnos de que surja claramente en todo nuestro contenido. Podemos elegir cualquier mensaje que creamos evocador o descriptivo de nuestra empresa o marca, lo importante es transmitirlo de la forma más original y distintiva posible. Los contenidos carentes de originalidad acabarán pareciéndose a muchos presentes en la red y nuestra audiencia no se sentirá atraída, no se reconocerá y no convertirá a nuestro objetivo.
En este paso debemos incluir una referencia al análisis de mercado. Para estar seguros de diferenciarnos de la competencia debemos tener claro qué ofrece y cómo lo hace. Por eso también es necesario un buen análisis de mercado para una buena estrategia de contenidos . En este caso será complicado conseguir un trabajo bien hecho sin recurrir a profesionales.
Análisis y Monitoreo
Una parte integral del trabajo de un estratega de contenidos es el análisis y seguimiento de la estrategia. Este consiste en evaluar constantemente las métricas, procesar los datos y modificar algunos pasos si es necesario. Un buen profesional sabe identificar las métricas más relevantes para los objetivos marcados, monitorizarlas y procesarlas con los medios adecuados para proporcionar un informe detallado y específico al cliente. También podrá identificar puntos críticos e intervenir para realinear la estrategia de la manera correcta.
Esta parte a menudo se subestima y se pasa por alto. Se trata de un grave error, porque ninguna estrategia, ni siquiera la mejor, tendrá éxito sin intervenciones de reubicación. Cuando preparamos una estrategia de contenidos hacemos un trabajo de planificación pero nadie nunca garantizará que el que evaluamos en la fase inicial obtendrá exactamente los resultados deseados. Por eso es fundamental seguir el progreso a lo largo del tiempo e intervenir con competencia y conocimiento si es necesario retroceder algunos pasos.